miércoles, 2 de junio de 2010

Sucesos de la Hegemonía Conservadora

A continuación, se explican distintos conceptos de la hegemonía conservadora, y de ciertos conceptos que se desarrollaron desde 1910 hasta 1930.
Misión Kemmerer
Este fue el nombre que recibió el grupo de expertos presidido por el profesor Edwin Walter Kemmerer (foto), contratado en marzo de 1923 por el presidente Pedro Nel Ospina. Su primera actividad fue el estudio de la realidad económica colombiana mediante el contacto y la discusión con agentes oficiosos regionales, sociedades de agricultores y cámaras de comercio.
La misión condujo a la organización de las leyes dictadas el año anterior y luego, mediante la Ley 25 de julio de 1923, se creó el Banco de la República, como banco central colombiano, entidad que tenía la facultad de emitir la moneda legal colombiana, al tiempo que administraba las reservas internacionales y actuaba como banquero del Gobierno y prestamista de última instancia.
La creación del Banco de la República fue fundamental en la organización económica e institucional del país. Con el paso de los años, ha experimentado cambios importantes que han buscado adecuarla a una economía en permanente proceso de crecimiento y actualización.
La Danza de los Millones
En la década de 1920, la economía colombiana se vio impulsada por el crecimiento de la economía cafetera y por los abundantes capitales norteamericanos que fluían desde la bolsa de valores de Nueva York. Adicionalmente, un gran estímulo provino de la indemnización de 25 millones de dólares que el gobierno estadounidense dio a Colombia por la separación de Panamá. A este desembolso se le denominó la danza de los millones. Con este auge en los ingresos, el país entró en una era de prosperidad económica, en la cual se estimuló el crecimiento industrial y las obras públicas.
Las industrias nacionales y extranjeras recibieron apoyo del Estado, no sólo en aspectos legislativos y fiscales, si no también en lo concerniente al tratamiento represivo dado a la organización sindical obrera.
La Bonanza Cafetera
Los primeros años del siglo XX se caracterizaron por el fomento a la naciente industria y a la producción de café, centrada en las haciendas de Cundinamarca, Santander y Tolima, y en las péquelas y medianas propiedades del hoy llamado Eje Cafetero”.
La posibilidad de trabajo en estas regiones llevó a muchos campesinos a dirigirse hacia allí para encontrar una forma de trabajo que no los obligaba a instalarse en las ciudades.
Los años veinte y treinta de este siglo fueron el momento de mayor incremento en la producción de café, pues se paso de noventa mil sacos en 1900 a 802,000 en 1932. Esta explosión de la producción se veía favorecida por las posibilidades de exportación existentes.
En estas décadas los exportadores contaban con que Colombia era reconoció como el único país productor de café suave en el mundo.
El uso de las tierras fue la clave del auge de la producción y la economía del café. Los cultivos de mayor intensidad se ubicaban en las regiones de Caldas, Antioquia, y en alguna medida, Tolima y Valle, pero mas adelante se incentivó la producción de grano en el resto de la región Andina, especialmente en zonas como Cauca, Nariño y Huila.
También se recuperó, en parte, la posibilidad de siembra que, en el siglo anterior, hubo en Boyacá y los Santanderes.
Las técnicas y nuevas herramientas también fueron un aspecto determinante en la bonanza cafetera. El uso de herramientas como la despulpadora manual hizo que las fincas fueran el lugar de transformación del grano. Con el tiempo, esta y otras herramientas hicieron posible mantener la cadena de producción de café dentro de las haciendas o fincas. De esta manera, el único proceso que se llevaba a cabo fuera de allí, en un ambiente más industrial y tecnificado era la trilla.
El café permitió el fortalecimiento del mercado interno y del desarrollo de las vías de comunicación para suplir las necesidades exportadoras. Por otro lado, como parte de la modernización del país, las principales industrias se concentraron en la producción de bienes con el objetivo de abastecer el mercado interno, entre ellos, textiles, alimentos, tabaco, vidrios, fósforos, vidrio, loza, calzado, gaseosas y jabones.
Sindicalismo y su Origen
En el siglo XX se conformaron 2 tipos principales de sindicatos:
Clasista: Fue un sindicalismo de lucha de clases, muy influenciado ideológicamente por el marxismo-leninismo. Este sindicalismo tuvo en común concebirse y actuar como una fuerza política para definir políticas estatales, más que ser un sindicalismo influyente y preocupado por las relaciones laborales a nivel de empresa. En esta medida su enemigo (y su amigo en tiempos muy cortos) fue el estado.
Corporativista: Fue el sindicalismo más subordinado al Estado que a las empresas. Se lo asocia con los regímenes populistas (Perón) o desarrollistas (ISI), un periodo que implicó el desarrollo del mercado interno, la protección y el fomento de la industria y un gasto e inversión publica con una función keynesiana. En esta medida, el corporativismo en general corresponde a la aparición del estado interventor en la economía (Estado Benefactor), que sustituyó al estado liberal el siglo pasado. Todos los corporativismos del siglo XX tienen como referente principal al Estado mas que a las empresas, y en el ámbito estatal es donde pretenden presionar, negociar o apoyarse. Esto es debido a que la intención estaba puesta en la gobernabilidad, en la participación en políticas laborales y económicas sobre el trabajo. Por otro lado, estamos ante la presencia de un Estado benefactor que maneja las empresas, por lo que es otra razón para tenerlo como referente.
La especificidad corporativa no es simplemente intermediar intereses sino participar en forma más o menos subordinada en la gobernabilidad, de manera institucional o informal. La función de gobernabilidad corporativa tuvo 2 implicancias prácticas:
Su participación como diseñador de las políticas.
La Masacre de las Bananeras
El episodio conocido en Colombia como “Masacre de las Bananeras”, es un retazo poco claro del panorama de la historia social colombiana. Se inscribe en las luchas obrero–campesinas de principios del siglo XX en Colombia y se relaciona con el fortalecimiento del capitalismo a nivel mundial bajo la figura del establecimiento de industrias internacionales (para este caso particular, la empresa norteamericana United Fruit Company) que se dedicaban a la explotación agrícola de extensas zonas en Hispanoamérica.
La masacre de las bananeras, perpetrada por el Ejército Nacional de Colombia, fue durante mucho tiempo un tema evadido por la historiografía tradicional colombiana. Del mismo, no se hacía referencia en los libros de enseñanza de los colegios, siendo retomado y ahondado su estudio a partir de la década de 1970 por historiadores de corte más social. La memoria de este evento, sin embargo, se ha conservado para el colectivo de la Nación a través de otros mecanismos como la historia oral, la literatura y la música popular, siendo objeto de múltiples interpretaciones y versiones. Existen, por tanto, muchos datos cuya exactitud no puede ser determinada, pero existe unicidad y claridad en los actores participantes del hecho y en los sucesos principales
United Fruit Company
La United Fruit Company (UFC) (1899-1970) era una multinacional estadounidense que destacó en la producción y el comercio de frutas tropicales (especialmente plátanos y piñas) en plantaciones del Tercer mundo, sobre todo en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Sus intereses comerciales abarcaban grandes extensiones de Centroamérica y el Caribe donde la empresa era conocida como Mamita Yunai, (Nótese que “Yunay” es una deformación del término “United”).
La United Fruits Company o UFC empezó a operar en América Central desde 1899, cuando el empresario estadounidense Minor C. Keith fusionó su negocio de siembra de plátano y transporte ferroviario (que había empezado en Costa Rica en 1871 y luego abarcaba toda Centroamérica) con la Boston Fruit Company de Andrew W. Preston. La empresa resultante, la United Fruit Company, compró grandes extensiones de tierras para dedicarlas al cultivo del plátano, destinado casi en su totalidad a la exportación al mercado de Estados Unidos, aunque posteriormente fue diversificando sus cultivos de frutas. Inclusive la UFC había establecido la primera gran red ferroviaria de Guatemalay El Salvador, aunque destinada casi exclusivamente al transporte de frutas en sus inicios; posteriormente esta red ferroviaria fue transformada en un monopolio con autorización del gobierno guatemalteco.

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