miércoles, 2 de junio de 2010

Hegemonía Liberal

El primer presidente liberal, elegido después de 45 años de dominio conservador, fue Enrique Olaya Herrera. Olaya gobernó con mayoría conservadora en el Congreso y pidió la colaboración de ese partido para equilibrar los intereses de ambos grupos políticos en su gobierno, denominado Concentración Nacional. La inversión en obras públicas continuó durante su administración y se entregaron nuevas concesiones a compañías norteamericanas para la explotación de petróleo.
Olaya tuvo que tomar medidas para frenar la ola de agitación social existente en los campos y en las ciudades. En 1931 su gobierno expidió una ley por la cual se legalizaron los sindicatos. Con esta medida el gobierno liberal consiguió el apoyo de los obreros y logró controlar el descontento en las ciudades. Sin embargo, en los campos la agitación crecía por varias razones: los trabajadores rurales pedían mejores condiciones de trabajo y alza en los salarios y, en algunos casos, los campesinos invadieron propiedades de grandes terratenientes. El intenso conflicto agrario hizo ver la necesidad de llevar a cabo una reforma en el sistema de propiedad de las tierras.
Además de los problemas sociales, el gobierno de Olaya tuvo que enfrentar la difícil situación económica ocasionada por la gran depresión. El presidente, investido de facultades extraordinarias, dictó leyes encaminadas a la protección y estímulo de la industria nacional e inició la política de sustitución de importaciones. La administración Olaya se preocupó igualmente por estimular la educación a través de la creación de institutos para la educación técnica y agrícola.
En 1932, tropas peruanas invadieron el puerto colombiano de Leticia en el río Amazonas. Esto originó el Conflicto con el Perú que fue solucionado en 1934 mediante el Protocolo de Río de Janeiro que confirmó la soberanía colombiana sobre los territorios amazónicos reclamados por el gobierno peruano.
Las medidas económicas y sociales tomadas por el Gobierno durante la administración de Olaya dieron paso a las reformas más profundas que se llevaron a cabo durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo, elegido presidente para el período 1934-1938. Por esta razón, algunos historiadores califican el gobierno de Olaya como un gobierno de transición.
Presidentes
A través de la Hegemonía Liberal varios líderes tomaron el poder del país, siendo todos ellos liberales, en el siguiente orden:
1930–1934: Enrique Olaya Herrera.
1934–1938: Alfonso López Pumarejo
1938–1942: Eduardo Santos.
1942–1945: Alfonso López Pumarejo.
1945–1946: Alberto Lleras Camargo.
Revolución en Marcha
La primera administración de López Pumarejo puso en marcha un programa de gobierno mediante el cual se pretendía modernizar la legislación social y económica del país, de acuerdo con los principios neoliberales. Los liberales comprendieron que solo un plan de reformas podría detener el descontento social y la penetración de ideas socialistas, ajenas a la ideología del partido liberal. Por esta razón, el gobierno de López fue reformista.
Para lograr los objetivos de su Revolución en Marcha, López y sus asesores propusieron un plan que comprendía leyes sociales, con las cuales se pretendía favorecer a los grupos de bajos recursos económicos.
Reforma agraria
La ley 200 de 1936, por la cual se estableció la reforma agraria, tenía como finalidad otorgar tierras a todos aquellos que cultivaban territorios que no les pertenecían y llevar a la práctica el principio de que la propiedad privada debe cumplir una función social. Esta ley prohibió los desalojos de los campesinos que invadían territorios ajenos y facultó al Estado para expropiar tierras en caso de que fuera necesario.
Además, decretó la extinción del dominio a los 10 años, es decir, que si una propiedad no estaba debidamente explotada a los 10 años a partir de la expedición de la ley, podía ser expropiada por el Estado y entregada a campesinos sin tierra.
A esta reforma se opusieron los terratenientes que se organizaron en un movimiento político llamado APEN (Asociación Patriótica Económica Nacional). Gracias a ella, López ganó el apoyo del campesinado.
El impacto de las reformas agrarias en Colombia no ha sido positivo en términos de ingreso, porque no se ha satisfecho la condición de acceso al crédito formal. No ha sido positivo en términos de calidad de vida, porque no se han satisfecho las condiciones de acceso a capacitación y educación. Las reformas agrarias sólo han consistido en la redistribución de la tierra, por lo que se ha tenido un impacto negativo sobre la calidad de vida de los beneficiarios de estas reformas.

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